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  • Foto del escritorAreli-iero

Fragilidad

El día de hoy me enteré gracias a un post de Facebook, que una maestra que tuve en la universidad había fallecido.


Ella era mi maestra de Psicología laborar y aprendí mucho con ella, además del temario, sobre cómo seguir adelante día con día por más mal que todo parezca. Ella padeció de cáncer, un tumor cerebral, y desde que la conocí ella siempre había dado clases a mi grupo en silla de ruedas y una mascada en la cabeza.


Lo que más le gustaba, además de dar clases, era administrar su restaurante. Aún así, siempre nos contaba que ansiaba su jubilación para dedicarse completamente a su negocio. Optó por ello, no porque ya no le gustara impartir clases o le costara desplazarse, sino por el mismo desinterés de mi grupo.


Se dirigía normalmente a mí, ya que yo era la única que quería dedicarse a esa rama de la psicología. Aún cuando los demás tendrían que saberlo al crear un consultorio o por sólo ser contratados en una empresa.


Tuve varios compañeros que se burlaban en redes sociales de ella. Nunca les demostró que la hirieran, pero una vez sí la vi llorar.


Siempre he pensado que no porque tú hayas sufrido, tienes el derecho de hacer menos a los demás. Por ejemplo, dos de los chicos que la insultaban sufrían en casa: Uno era un hijo no deseado y a pesar de que su familia tenía un buen poder adquisitivo, lo marginaban y le trataban como a un idiota, por lo mismo era en extremo misógino y se resguardaba en el alcohol. El otro, recluído en las drogas, cursando una carrera sólo para complacer a su única familiar con vida, su abuela.


Ese tipo de información hacía que a mí no me importara lo que esos dos chicos opinaran de quien sea, pero a ella le terminó afectando y no era justo.


A mí me afectó más, debido al antecedente de mi papá respecto al cáncer.


La noticia me entristeció, no sólo por ella y su su esposo que dejó su trabajo para llevarla a todos lados, esperando siempre fuera del salón hasta que terminara la clase, sino porque es un recordatorio de lo efímera que es la existencia,


El último contacto que tuve con ella fue en diciembre del 2018. Le avisé de que ya había obtenido mi título, mi cédula profesional y había arrancado el negocio en línea que había planeado desde el segundo semestre con ella.


Era una gran maestra y persona. Era de las que siempre regañaban y reían. Nunca se dio por vencida y el único consuelo es que ya no está sufriendo. Sólo espero que su esposo y familia se encuentren bien.




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