top of page
  • Foto del escritorAreli-iero

Los Matices del Punto Medio

Tanto en el día a día, como la historia, la filosofía, la naturaleza, nuestros cuerpos y el espacio, se deben a dos fuerzas que, aunque parezcan contrarias, son esenciales. Nos movemos entre el crear y el destruir, amar u odiar, pero ese es el objetivo, gracias a ambas nos movemos. Una de las cuestiones más grandes que nos planteamos a lo largo de nuestra vida es a qué camino dirigirla. Optamos, generalmente y creemos que también conscientemente, hacia nuestros placeres. Por ejemplo: qué haremos en el día, cómo lo haremos, qué comeremos, en qué pensaremos. Pero siempre existe un “algo” que nos limita, que muchas veces nos frena. Puede ser el tiempo, nuestras mismas habilidades, nuestros recursos. Y a todo esto le damos diferentes tintes, los clasificamos como positivos o negativos. Pero... ¿es esta nuestra tendencia neurótica a clasificar para, en apariencia, comprender lo que sucede fuera y en nosotros mismos? Porque habrás escuchado alguna vez que "todo depende del cristal con que se mira". Es exactamente eso. No podemos determinar por completo lo que algo es o no es. Sí, podemos intentar describirlo, pero no llegaremos a una verdad absoluta. Este pensamiento puede parecer pesimista, pero de hecho, nos brinda una gran gama de matices y al mismo tiempo, nos da un espacio en el cuál movernos. Nuestra existencia está compuesta por aparentes contradicciones: vida – muerte, salud – enfermedad, juventud – vejez, placer – dolor, valentía – miedo, amor – odio, creación – destrucción... y muchas más. Volviendo a la pregunta sobre a dónde nos dirigimos, debemos analizarnos primero. Conforme íbamos creciendo, nos enfrentamos a diferentes obstáculos y lo que podríamos denominar también como recompensas. Nos colocamos (o también nos colocaron) ciertas metas que debíamos alcanzar. Algunas las habremos conquistado con éxito y no por ello nos brindaron satisfacción, al igual que abandonar algo por temor, habrá sido al final una elección por la cual nos sintamos felices. Como Homo Sapiens, nuestro cerebro ha evolucionado de maneras en las que nosotros no nos percatamos hasta que nos lo informan, ya sea nuestra familia o en la escuela. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que lo que hacemos es la suma de miles de años de evolución. Ha sido algo aprendido por incontables generaciones. ¿Por qué somos omnívoros? ¿Por qué nuestra tendencia a ser activos en el día y dormir de noche? ¿Por qué preferimos ser sedentarios? ¿Son todas estas elecciones o es algo en nuestro interior que nos lleva a establecerlo así y declararlo “normal”? Existen tantas historias inscritas en nuestro ADN, no tan sólo las que fuimos adquiriendo y sabemos que existieron hasta que abrimos un libro de historia. No es sólo eso. Pues nuestro andar en la vida también tiene que ver con esas dos fuerzas que nos impulsan, pero que también nos halan. Tachar de negativa o positiva alguna de esas fuerzas, es limitar nuestra mente y limitar todas las posibilidades de las que somos capaces. Esto no sólo es una reflexión filosófica, existe en la Naturaleza que nos creó en primer lugar. ¿De qué está compuesto el universo?* Una de las revelaciones más grandes es el saber que el 5% del universo contiene materia ordinaria. Es decir, de lo que están compuestas todas las estrellas, planetas, galaxias, seres vivos y todos sus átomos. Únicamente el 5% es todo lo que conocemos. Un 25% se trata de la materia oscura. Esta es lo que une, la que cohesiona a todas las galaxias. Y el 70% restante se trata de la energía oscura, la cual empuja a las galaxias para que el universo continúe en expansión. Sabiendo esto, nos percatamos de lo importante que son las fuerzas contrarias, ya que nosotros mismos nos colocamos en el medio. Ese punto medio es al que aspiramos. No podemos proliferar en el exceso. Cualquier exceso de lo que consideremos como "bueno" o "malo", eventualmente terminará siendo dañino y atentará contra nosotros mismos. Pero al mismo tiempo todo es necesario y utópicamente podríamos pensar que debemos estar en el equilibrio. Pero el punto medio no es eso, se trata de tomar un poco de todo, aunque aquello no sea proporcional. Si tomamos como ejemplo de nuevo a las cantidades del universo, podemos jugar con las matemáticas: 2% materia ordinaria, 49% de materia oscura y 49% de energía oscura. Pero si observáramos el resultado, mucho de lo que conocemos simplemente no existiría. No habrían las mismas especies, ni siquiera la gravedad sería la misma. No hay una fórmula mágica, todo es a partir de prueba y error. Puedes seguir tus sueños tus pasiones, pero siempre habrá algo de temor. Y no es necesariamente negativo. Si quisieras emprender un proyecto porque te apasiona, porque se trata de algo que amas, es muy comprensible que temas que no vaya a funcionar y por lo tanto, tomes mayores precauciones. Al igual que temas exponerte a un lugar desolado a altas horas de la noche, tu interior gritará que no debes estar ahí y esperes a que vuelva la luz solar, es un temor que resguarda tu bienestar. La vida, la existencia en sí misma, está compuesta por estas dos fuerzas que dan y quitan, que empujan y halan. Nuestra libertad reside en qué tanto permitimos que una avance y la otra retroceda. Están mezcladas y dependen entre sí. *Referencia: “The 20 big questions in science.”, The Guardian, Dr. Vladimir Ávila Reese – Cosmólogo, IA UNAM.


12 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page