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Orgullo y Prejuicio

Ficha Técnica

Autora: Jane Austen

Género: Novela costumbrista

Editorial: Penguin Clásicos

Páginas: 448

Título original: Pride and Prejudice

País: Reino Unido

Fecha de publicación: 27 de enero de 1813


Sinopsis:

Con la llegada del rico y apuesto Mr. Darcy a su región, las vidas de los Bennet y sus cinco hijas se vuelven del revés. El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados abocan a sus personajes al escándalo y al dolor, pero también a la comprensión, el conocimiento y el amor verdadero. Esta edición presenta al lector una nueva traducción al castellano que devuelve todo su esplendor al ingenio y la finísima ironía de la prosa de Austen. Satírica, antirromántica, profunda y mordaz a un tiempo, la obra de Jane Austen nace de la observación de la vida doméstica y de un profundo conocimiento de la condición humana.


Resumen

La historia se trata sobre una familia británica del siglo XlX, cuya vida en un pequeño condado cambia repentinamente frente a la llegada de dos hombres de alta posición.

Los Bennet cuentan con cinco hijas: Lydia, Kitty, Mary y las mayores, Elizabeth y Jane.

En dicha familia, ninguna se ha casado, por lo que sus padres, como la mayoría de las familias del condado, pretenden que alguna de sus hijas sea lo suficiente afortunada como para casarse con el Sr. Bingley.

La trama se centra en Elizabeth, quien es muy diferente a sus hermanas y amigas, pareciéndose a su padre, el cual le aconseja que debe casarse con alguien a quien en verdad ame, no sólo por su riqueza o belleza.

Bingley desde el comienzo se interesa por Jane, la cual no es indiferente, pero su posición económica y social son impares. Gracias a esto, tanto la hermana de Bingley como el Sr. Darcy, su mejor amigo, no ven bien esta relación.

Darcy es un hombre con gran riqueza, inteligente y casi perfecto, a excepción de su actitud ante personas que él considera inferiores. Debido a esto, su fama en el condado le reconoce como un hombre indeseable, sobre todo para Elizabeth.

La insistencia de la Sra. Bennet por que su hija Jane se casé con el Sr. Bingley, hacen que envíe a su hija con él para comer en la residencia que renta durante un clima tormentoso, causando que enferme y deba quedarse con él además de su familia mientras mejora. Elizabeth acude con ella, sinceramente preocupada por ella, permaneciendo en el lugar junto a Bingley, su hermana y Darcy. Durante este tiempo, Elizabeth se da cuenta del amor que Bingley profesa a su hermana, así como lo detestables del resto de los inquilinos del lugar.

Mientras tanto, al condado acuden soldados de la región. Haciendo que la mayoría de las chicas en edad de casarse, pierdan los estribos. Sobretodo por las hermanas menores de Elizabeth, Lydia y Kitty.

Gracias a su tía, quien tiene una buena relación con los militares, las hermanas Bennet conocen a Wickham, un soldado que curiosamente conoce también a Darcy y lo detesta, un sentimiento mutuo. Elizabeth se hace gran amiga de Wickham y por él se entera que gracias a Darcy, perdió la oportunidad de empleo como predicador, un gran puesto para la época. El padre de Darcy era su padrino, el padre de Wickham era el administrador de los Darcy. Por lo que tanto él como Darcy, se habrían criado juntos.

Sabiendo esto, Elizabeth le detesta aún más y espera su partida del condado.

Bingley y Darcy parten a Londres, a lo que a sabiendas del pueblo, no pretenden volver más. Jane se siente destrozada, pues creía que todo iba bien con Bingley como para que le propusiera matrimonio o al menos continuaran en contacto.

Los tíos de Elizabeth en la capital, invitan a Jane a quedarse con ellos para que logre sentirse mejor. Ella acepta, esperando encontrarse en algún momento con Bingley y que todo continuase como siempre. Pero esto no ocurre.

Mientras tanto, Elizabeth había rechazado la propuesta de matrimonio del Sr. Collins, quien es primo de su padre. La Sra. Bennet se siente traicionada por su hija, ya que dicho matrimonio salvaría a la familia, pues, sin el matrimonio de Jane con Bingley, la familia quedaba a la deriva. El Sr. Collins, por derecho de herencia, se quedaría con el hogar de los Bennet en cuanto el padre de Elizabeth muriese. Por lo que, si Elizabeth se casase con el Sr. Collins, habría la posibilidad de que todos permanecieran ahí.

El padre de Elizabeth no se aflige por esta decisión, pues sabe que su primo no la ama en realidad, además de que le considera alguien detestable. Collins sólo la eligió por ser la segunda después de Jane, quien sigue enamorada de Bingley.

Tras el rechazo, Collins le propone matrimonio a la mejor amiga de Elizabeth, la única que le ha tratado bien. Al saber esto, Elizabeth le pregunta porqué aceptó, ya que ciertamente es un hombre banal, superficial y desinteresado. Ella le responde que como la hija mayor de su familia, es su responsabilidad abrir la puerta a posibilidades a sus hermanas menores, así como aportar al hogar casándose con un buen hombre.

Y es que Collins es uno de los protegidos de una mujer muy importante y adinerada en Londres, Su Señoría Lady Catherine de Bourgh. Quien es, además, tía de Darcy y cuya hija está comprometida con él desde su nacimiento.

Luego de la boda entre Collins y su amiga, le invita a Elizabeth a conocer su nuevo hogar. Elizabeth acepta, por pena y curiosidad sobre cómo va su matrimonio, a demás de querer saber sobre lo acontecido entre Jane y Bingley. Pues la casa de Collins está muy cerca a la de sus tíos en Londres.

Durante su estancia, Lady Catherine les invita a Collins, su esposa y a Elizabeth a comer. Elizabeth no está muy satisfecha con su presencia, pues es una mujer muy temperamental, nada comparada a su propia hija que es muy tímida y callada, además de enfermiza.

Debido a las estrechas relaciones entre personajes, no demora en hacer aparición Darcy, quien llega a Elizabeth con una propuesta de matrimonio.

Ella no comprende su supuesto enamoramiento, pero le parece descarado, luego de saber lo que le hizo a Wickham y de saber ahora que él, junto a la hermana de Bingley, son los causantes de que él se marchara y se separara de Jane.

Ella no se contiene y le rechaza tajante, así como Darcy se siente humillado por su negativa.

Al otro día, mientras Elizabeth caminaba, Darcy le alcanza y le brinda una carta con todas sus explicaciones. Elizabeth la lee y en ella Darcy describe que no niega haber separado a su amigo de Jane, pues creía que Jane no lo amaba y su amigo sólo sufriría... además del obvio desnivel social, pues todos creían que se terminaría casando con la pequeña hermana de Darcy.

También describe que el asunto con Wickham no era mentira, pero lo había hecho, ya que él mismo rechazó el puesto. Era un hombre de apuestas y siempre le pedía dinero, pero el colmo era que enamoró a su hermanita sólo para que pudieran casarse y él recibir su herencia. Por fortuna, su hermana le contó todo a Darcy, quien le prohibió volverlo a ver.

Elizabeth leía y releía la carta, apenándose por su comportamiento injustificado al no saber toda la historia. Ahora se debatía por contarle a Jane la parte que le corresponde, pues al parecer Jane ya estaba superando a Bingley.

Elizabeth debe volver a casa, reencontrándose con Jane en el camino. Ella le cuenta que ya no volverá a caer con Bingley y que ha quedado olvidado. Elizabeth, entonces, sólo le cuenta lo relacionado con Wickham y que se siente una tonta por haberle creído, pensando que no debe juzgar a nadie tan pronto ni mucho menos correr la voz, pues en el condado odian a Darcy y creen que Wickham es un buen hombre.

Los días transcurren aburridos, la única novedad es que en sus meses de ausencia, los soldados se retiran para ir a otro pueblo. Lydia se hizo amiga de una chica recién casada con uno de los soldados y le invita a ir con ella por una temporada.

Ante tal noticia, Elizabeth desaprueba que vaya, pues además del desnivel económico y en sociedad, la primera razón por la cual Darcy intervino para que Bingley no se casase con Jane, fueron los desfiguros de su familia. En primer lugar, el comportamiento y comentarios destinados tanto de Collins, la Sra. Bennet, Lydia y Kitty... las que condenaron a Jane y por ende a toda la familia. Cualquier movimiento o escenario en falso por parte de Lydia, sería perjudicial para todos.

Pero ambos padres le permitieron marcharse. El Sr. Bennet, alegando que por más mal que hiciese Lydia, era tan insignificante como para afectar a las demás hermanas. Así, Lydia partió.

Elizabeth volvió a la rutina, con la única esperanza de que pronto sus tíos de la capital le llevarían a un hermoso lago.

El día llegó y también partió, pero su tía le informó que los planeas habían cambiado. Saldrían de ciudad en ciudad como turistas, hasta llevarle a conocer el lugar en el que ella pasó su infancia. Elizabeth no estaba muy de acuerdo, pero era mejor que permanecer en casa.

Así fue como llegaron a la finca Pemberley. Un lugar que su tía adoraba, pues llegó a conocer a los dueños cuando vivía cerca de ahí.

Elizabeth reconoció el nombre, pues era, justo, el hogar de Darcy. La ama de llaves les hizo un recorrido, hablando de lo maravilloso que era su amo y que por ahora no se encontraba ahí, pues fue en busca de un piano para la nueva estancia de su pequeña hermana. Elizabeth no demoró en imaginar que de haber aceptado la propuesta de Darcy, ella ya sería dueña de toda la finca.

Mientras continuaban el recorrido, ahora afuera, Darcy llegó, encontrándose con Elizabeth.

Darcy se había adelantado a su llegada un día antes. Ambos sólo se dirigieron palabras de cortesía. Elizabeth aún se sentía apenada por su comportamiento, pero no sabía si debía hablar de ello.

Darcy les invitó a una reunión con él, Bingley, su hermana y poderle presentar a su hermanita, quien Elizabeth sabía era muy importante para él. Ella y sus tíos aceptaron, pasando un buen momento. Aún cuando la hermana de Bingley se comportaba tan despreciable con Elizabeth, celosa, pues ella amaba a Darcy.

Cuando Darcy fue a la casa donde ella y sus tíos se quedaban para volverla a invitar, Elizabeth recibió una carta. Su hermana Lydia se había fugado con Wickham para casarse. Esto hizo que Elizabeth se sintiera aún más culpable de no haber hecho público lo horrible hombre que era Wickham. Así, Elizabeth partió con sus tíos de vuelta a casa, mientras el Sr. Bennet y su tío iban en búsqueda de ambos.

Los días fueron tortuosos, sobretodo porque se corrió la noticia de las deudas de Wickham. Elizabeth no concebía que Lydia fuera tan tonta como para casarse con él, sobretodo porque no era posible que él la amara.

Llegó carta al Sr. Bennet, era su tío, contándole que los novios habían aparecido y que se encargaría tanto de la deuda, como que efectivamente estuvieran en el altar. Además mencionaba que Wickham de nuevo tenía trabajo en el ejército, por lo que él y Lydia vivirían en el norte, vigilados por los militares que ya conocían.

Esto era una buena noticia, a excepción de que ahora el Sr. Bennet debía pagar anualmente para liquidar, su ahora deuda por su nuevo yerno. Lydia volvería con Wickham a casa, sólo para despedirse.

El recibimiento fue únicamente de la Sra. Bennet, feliz por tener al fin una hija casada. Lydia se muestra presumida ante su situación de ser la primera en casarse. Sus hermanas, pero más su padre, se encuentran profundamente enfadados, pero aliviados de que pronto se irá. El Sr. Bennet toma medidas e informa a sus demás hijas que no podrán salir solas de ahora en adelante, mucho menos verse con soldados.

Elizabeth no gusta de escucharla hablar sobre la boda, pero Lydia no le da opción. Incluso habla de más, pues menciona la presencia de Darcy en la boda.

Esto alerta a Elizabeth, enviando de inmediato una carta a su tía para saber los detalles. Lydia se marcha con su esposo y su paz en casa sólo se ve interrumpida gracias a una visita inesperada.

Elizabeth recién había leído la respuesta de su tía, quien le menciona que gracias a la búsqueda de Darcy, dieron con Lydia y Wickham. Darcy pagó las deudas de Wickham, así como la boda en sí y fue quien consiguió el trabajo para él, no sin antes hablar seriamente con ambos.

Esto a Elizabeth le da esperanza que Darcy aún está enamorado de ella, quien comienza a tener sentimientos hacia él. A pesar de que su supuesto motivo por ayudar era el que se sentía responsable de la desgracia por no comunicar abiertamente cómo era en realidad Wickham.

La visita inesperada, resulta ser de Lady Catherine, quien está sumamente molesta con Elizabeth ante el rumor de que se casaría con Darcy. Incluso Collins envió una carta al Sr. Bennet para informarle, a lo cual él sólo rió, pues hasta lo que sabía, Elizabeth odiaba a Darcy y Darcy odiaba a todos.

Lady Catherine intenta hacer que Elizabeth desista, mencionándole que tanto ella como su familia caerían en desgracia si lo aceptara. Le amenazó e insultó tanto, pero Elizabeth no flaqueó, argumentando que Darcy tenía el derecho de casarse con quien deseara, aún cuando no era con ella y que, sino amaba a su prima con quien estaba comprometido por parte de ambas madres, entonces no debía hacerlo.

Lady Catherine se marchó aún más molesta y a los pocos días, se escuchó que Bingley volvería al condado para la temporada de caza.

Bingley es invitado a comer a casa de los Bennet, pues la Sra. Bennet aún tiene la esperanza de que Bingley guste de su hija Jane. Ella ya no planea caer ante sus encantos, pero Elizabeth está consciente de que sus actos demuestran lo contrario. Ante las visitas, Bingley va acompañado de Darcy. Elizabeth ve su oportunidad, pero él parece serle indiferente. Darcy se marcha de nuevo a Londres, dejando solo a Bingley para que se arme de valor y pida la mano de Jane. Ella acepta, así como ambos padres dan su permiso.

Luego del compromiso, Darcy vuelve para felicitar a la pareja. Elizabeth planea agradecerle por todo lo que le ha hecho para ayudar a su familia, respecto a Lydia y convencer a Bingley de que Jane siempre lo amó.

Darcy no puede fingir más y le confiesa a Elizabeth que lo de Lydia sólo lo hizo por ella, pero con Bingley aceptó ya que él también estaba convencido del amor de Jane hacia él.

También le confiesa que Elizabeth ha sido la única mujer que le ha contrariado, pero que eso mismo le ha hecho crecer, la ama en verdad y no le importa su clase social.

Ambos se dan cuenta que el empujón que necesitaban era la visita de Lady Catherine, pues Elizabeth notó a través de ella que Darcy aún la amaba y Darcy por la respuesta de Elizabeth, supo que él tenía esperanza con ella.

Así, ambos quedaron comprometidos ante la sorpresa de todos.

Los Bennet pasaron de ser la familia más desdichada, gracias a Lydia, a la más afortunada... más que por Jane, gracias a Elizabeth.

Darcy cambió, se volvió más amable. Elizabeth ya juzgaba tan duramente. Ambos fueron un matrimonio ejemplar, feliz y lleno de amor.

Opinión

Personalmente siempre me ha gustado la trama desde que vi la película, pero no me había animado a leer el libro. La historia es bastante larga, pero se lee rápidamente en muchas partes. Es una novela de época, por lo que a muchos les costaría el lenguaje que emplea, tampoco es imposible de leer.

Respecto a los personajes, me parece que muchos lo tomarían exagerado el que el matrimonio importase tanto, pero la época era así. En la que una mujer sólo puede aspirar a tener un gran matrimonio o perderlo todo.

De hecho, en la actualidad muchas personas consideran lo mismo. Se dejan cegar por la economía y la belleza, ambos efímeros. Son aún muy raros los matrimonios unidos por el amor. Ahora existen los divorcios, pero al igual que en esa época, el tener un matrimonio fallido no está bien visto por la familia y/o amigos, se deja de lado la felicidad.

El ejemplo de Elizabeth sobre juzgar a alguien por su actitud inmediata, nos da una lección. Así como Darcy, que después de tiempo de reflexión, se percató de la verdadera razón por la cual se había fijado en Elizabeth.

No es un amor destinado, es un amor al cual ambos emplearon trabajo, pues de haber aceptado Elizabeth la primera proposición, tal vez no hubiesen sido igual de felices.

El que Darcy sea tan reservado asustaba a muchos. Existen muchas personas que en momentos de exposición, como lo es el estar enamorado, se cierran y no todos saben responder ante ello, pensando que son personas groseras.

Respecto a Bingley y Jane, son un ejemplo de que aún cuando existe amor verdadero, hay otros factores que intervienen para separarlos.

Existen personas que con tal de lograr lo que desean, no les importa sobre quién pasen.

Me gusta que sea catalogado también como una comedia, aunque esto no es para todos, son bromas británicas y aunado al tipo de lenguaje, no a todos les ha de gustar.

Este es un libro con bastantes años, muy popular y que se ha analizado en múltiples ocasiones. Estoy consciente de que es más que nada romántico, pero si te gustó la película, el libro es imperdible. Si la película te pareció aburrida, no hay más que decir.

Partes Favoritas
  • En general me encanta el ir y venir entre Darcy y Elizabeth, tanto sus discusiones como sus declaraciones de amor.

  • Saber que Lydia no fue del todo feliz con Wickham. Eventualmente tenían muchos problemas económicos.

  • La molestia de la Sta. Bingley al saber que su amor Darcy terminó casándose con Elizabeth, así como la también furia de Lady Catherine.

  • Las contestaciones sarcásticas como siempre del Sr. Bennet.

Calificación

Le doy un 4 ½ de 5.


Hay partes tediosas al comienzo, pero se va desarrollando cada vez más rápido. El desenlace fue satisfactorio, todo se fue acomodando para un final feliz, pero coherente.




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